Aquí estoy, cumpliendo 17 años, debería estar en una gran fiesta con mis amigos, o con una enorme reunión familiar, pero no, estoy en el salón, como una noche cualquiera. ¿Quién diría que es mi cumpleaños? mis padres ni mi hermanos han soltado un "felicidades pequeña" no he recibido ningún regalo por su parte, no tengo ni tarta, ni velas, ni mechero.
Me quedo mirando el portátil pensando que en verdad me importa una mierda no tener ni tarta, ni regalos, ni felicitaciones, lo que me importa es sentir que sí, que hace diecisiete años nací yo y que ellos eran felices por tenerme en su vida. Pero bueno, trabajan y estudia, no tienen tiempo para mí, por eso me consuelo pensando en mi mañana en las clases, esas personas, con una sonrisa dibujada, felicitándome me llena, me enamora, de verdad, y esos regalos caseros, esas flores, hasta un café puede dar un gran significado para mí. Sigo pensando. Pienso que soy afortunada, que por una vez nadie me jodió en un día, que todos han sido mis idiotas.
Soy bipolar, pienso eso, creo y vuelvo a creer en mis palabras de arriba pero, ¿quién no desea un detalle para él? osea. No te digo que soy feliz, lo soy, pero soplar las velas, abrir los ojos y ver un gran paquete, una cámara, los libros que yo quiero, el viaje que deseo desde 5 años... todo eso, estaría bien. Por eso pienso en que por una vez, estaría bien que mis deseos se hicieran realidad pero, ¡oh! no tengo velas, no tengo nada, no tengo deseos, ¿qué deseos? pues los míos. Sí, una chica como yo tiene deseos aún, pues existen, son fuertes y dicen "venga va, que nos haremos realidad". No son tener una cámara, ni los libros, ni ir a mis 24566435 sitios favoritos, es convertirme en ella, en despertarme y ver a Murdoc en el cuarto de alado. Desayunar junto a 2-D, y jugar Russel y acariciar a Mike. Solo quiero eso, imposible, lo sé. Pero yo lo necesito.
Me quedo mirando el portátil pensando que en verdad me importa una mierda no tener ni tarta, ni regalos, ni felicitaciones, lo que me importa es sentir que sí, que hace diecisiete años nací yo y que ellos eran felices por tenerme en su vida. Pero bueno, trabajan y estudia, no tienen tiempo para mí, por eso me consuelo pensando en mi mañana en las clases, esas personas, con una sonrisa dibujada, felicitándome me llena, me enamora, de verdad, y esos regalos caseros, esas flores, hasta un café puede dar un gran significado para mí. Sigo pensando. Pienso que soy afortunada, que por una vez nadie me jodió en un día, que todos han sido mis idiotas.
Soy bipolar, pienso eso, creo y vuelvo a creer en mis palabras de arriba pero, ¿quién no desea un detalle para él? osea. No te digo que soy feliz, lo soy, pero soplar las velas, abrir los ojos y ver un gran paquete, una cámara, los libros que yo quiero, el viaje que deseo desde 5 años... todo eso, estaría bien. Por eso pienso en que por una vez, estaría bien que mis deseos se hicieran realidad pero, ¡oh! no tengo velas, no tengo nada, no tengo deseos, ¿qué deseos? pues los míos. Sí, una chica como yo tiene deseos aún, pues existen, son fuertes y dicen "venga va, que nos haremos realidad". No son tener una cámara, ni los libros, ni ir a mis 24566435 sitios favoritos, es convertirme en ella, en despertarme y ver a Murdoc en el cuarto de alado. Desayunar junto a 2-D, y jugar Russel y acariciar a Mike. Solo quiero eso, imposible, lo sé. Pero yo lo necesito.
Felicidades pequeña Noodle.
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