Caliento macarrones, me tapo con una manta y empiezo a caminar por Internet. De repente veo una imagen que me hace pensar que solo me quedan tres tardes para cumplir 17 años. Paro de hacer todo, solo respiro. ¿Miedo? No creo, adoro los diecisiete, la gente suele odiarlos pero yo no, a mí me gustan es como "tú último año, luego, serás para los ojos de los demás una adulta". Entonces, ¿qué cojones es? Simple, decepción. "Mis dulces 16" o "Embarazadas a los 16" siempre siempre siempre son los 16, menos para mí. Mis dieciséis han sido como una patada en el estómago, no he conocido el amor de mi vida, no hice nada que en las series americana saquen, ni en las malas españolas.
Siempre lo digo, pero por una vez lo haré realidad, voy a ignorar lo malo de mí pasado, hasta voy a pasar de los no problemas que antes me joderían hasta no parar, pero que ahora no me van a hacer ningún daño, ni siquiera me van a parar de mi camino. Voy a ser como era hace unos años, pero de versión mejorada. Mis diecisiete serán la etapa de mi evolución, de pasar al nivel tres.
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